AIAP promovió el desarrollo de un seminario a realizar en las instalaciones de la Casa de Cultura dependiente del Fondo Nacional de las Artes, denominado “Las Pasiones”. Entre otros temas el 12 de agosto se presentó el Panel que debía hablar sobre la Pasión de la Violencia.
Habló en primer término el Dr. Jorge Moquedze Mazalán quien comenzó citando las conclusiones de la 49ª Asamblea Mundial de la Salud que declaró la problemática de la Violencia como un importante tema de salud en todo el mundo, convertido desde entonces en un problema para las políticas públicas dado el elevado número de víctimas y la magnitud de las secuelas que produce. Sostuvo que auspiciar el consumo de droga más allá del lucro es funcional al sistema de dominación. Se refirió a las afirmaciones del politólogo noruego Johan Galtung, acerca de que “la violencia es un acto que tiene como consecuencia la no realización de la satisfacción de las necesidades efectivas, somáticas y mentales del individuo por causa de otro.” Agregó que en sentido amplio la fórmula general que está detrás de la violencia estructural es la desigualdad. Esta violencia es distinta en cada país, y que es diferente más allá de las similitudes que en la actualidad tienen los países de Latinoamérica en cuanto al tema de la violencia y los padecimientos políticos, económicos y/o sociales que en mayor o menor medida los aquejan.
También incluyó en su exposición los resultados del curso que trató sobre Violencia Institucional y Violencia Social realizado en el año 2004 en el Instituto Hannah Arendt, al que se tituló “ El Poder, La Verdad y La Cuestión del Otro”. Entre muchas otras afirmaciones en dicho curso se determinó que: “Todo hecho violento es una situación de Poder donde hay un sometido y un sometedor, donde alguien abusa de ese poder y de esa autoridad que alguien padece”. Los que ejercen la violencia, se consideran a sí mismos representantes para utilizarla supuestamente en bien de los débiles. Se afirmó también que, si la ley es vista como valor, no estará oficializada, fijada o apropiada por nadie. El respeto por el Otro será lo que oriente la conducta como expresión del encuentro solidario. El sometimiento de la sociedad al Estado debilita la democracia (e incluso la destruye), la integración y la unidad de la sociedad política la favorece. Del ejercicio de los derechos ciudadanos nace la responsabilidad de responder a los llamados del Otro. Nos hace responsables del Otro en Nosotros mismos, o como señalaba Hannah Arendt, “pensar juntos y tener, además la liobertad para pensar”.
El expositor continuó diciendo: “La pobreza no se relaciona con la cantidad de recursos disponibles en una sociedad, sino con la distribución de la misma y con las relaciones sociales que la van configurando”.
Luego de una amplia descripción acerca de la violencia en el arte, expresó que Artista es quien logra captar todos los elementos de su realidad y logra codificarlo y expresarlo en otros términos, en una clave estética. Y violencia es todo cuanto atente al ser humano…El artista por sí mismo no puede sugerir violencia; no puede sugerirla porque para poder expresarla, debió sufrirla, ya sea personalmente o como testigo. Por ello la violencia en el arte debe ser un indicio de que la sociedad que engendró al artista y al arte es violenta. (Resumen)
JORGE MOQUEDZE MAZALAN
Agosto de 2009.
